Por un lado,
entran en conflicto la demanda de alojamiento en habitaciones ofrecidas por
particulares a través de plataformas como Airbnb y los hoteles, ya que los usuarios de
estas plataformas son un público diferente a los que normalmente se alojan en
un hotel.; por
ejemplo, existen turistas que preferirán alojarse en una habitación ya que solo
les interesa ‘’la cama’’ (Airbnb) y tienen un interés cultural y van a pasar el
día visitando monumentos, la ciudad.etc. y por otro lado existirá el turista
que prefiera el descanso/ confort que aporta un hotel y sus servicios, como el
spa, la pensión (comidas); por tanto, aludiendo al artículo la economía
colaborativa por definición está basada en compartir e intercambiar
diferentes bienes y servicios y es un concepto algo antiguo, aunque en los
últimos años ha experimentado un boom impresionante debido a diversos factores
del entorno.
También es necesario apuntar que la
crisis económica de los últimos años ha sido un factor que ha influido en el
gran éxito de las ‘apps’ con estas características, que ofrecen un alojamiento
mucho más barato que lo que ofrecen los tradicionales hoteles o agencias de viajes
Es importante, por otro lado, indicar
que es necesario que las ‘apps’ cumplan las normas jurídicas y fiscales impuestas
para alojamientos (normalmente eluden el pago de impuestos) y una vez cumplidas
estas normas no creemos que sean competidores desleales para los hoteles, sino
que es una manera totalmente legal y distinta de negocio. Los encargados de que
no se produzca un descenso en la cuota de mercado de su negocio son los propios
hoteles y deben intentar desarrollar nuevas estrategias de mercado para captar
clientes, diferenciarse o adaptarse a las nuevas exigencias de los turistas.
Laura, Ashley y Sonia
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